Nació el 10 de octubre de 1867, en Ciudacita (Tucumán-Argentina). Perteneció a una familia profundamente cristiana. Desde niña se ejercitó en el amor a Dios y al prójimo. Catequista misionera, visitaba con humildad la casa de los pobres, enfermos y abandonados, les llevaba algún auxilio espiritual. Por impulso de una inspiración divina, abrazó la vida religiosa, fundó la Congregación de las Hermanas Misioneras Catequistas de Cristo Rey, obtuvo aprobación diocesana el 28 de agosto de 1942, con el único deseo de colaborar en la extensión del Reino de Dios y hacer el bien sin ruido. Su obra se difundió por toda Argentina, Paraguay y Uruguay. El 30 de junio de 1943 murió santamente en Buenos Aires.